Tomás Laibe, egresado de la Escuela de Ciencia Política, fue electo como Constituyente

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17 / 06 / 2021

Construir una Constitución en democracia que se haga cargo no sólo de los temas más controversiales, sino también de aquellos invisibilizados y postergados en la sociedad, es una de las principales motivaciones que Tomás Laibe, egresado de la Escuela de Ciencia Política UDP, tiene de la Convención Constituyente.

Desde que estaba en el colegio, Laibe, Constituyente electo por Aysén, ha tenido interés por aportar a los grandes cambios sociales en Chile. En esta entrevista aborda sus motivaciones para participar en la Convención, lo que espera de la redacción de la nueva Carta Magna y entrega recomendaciones a las y los estudiantes de la carrera de Ciencia Política. “Nuestra formación nos permite ser actores protagonistas del cambio social, aportando con reflexiones, diagnósticos y propuestas para concretar esa transformación”, destaca.

¿Qué te motivó a participar en las elecciones como candidato constituyente?

Siempre fui un interesado en la política y en los asuntos públicos, pues vengo de una familia donde siempre se discutía de política, religión y fútbol. Mi abuelo fue regidor y mi padre el primer alcalde electo en democracia, en la comuna de Aysén.

En el colegio fui parte del centro de alumnos y luego, estudiando ciencia política en la UDP, fui delegado de mi generación. También fui voluntario de la Fundación Iguales el año 2011 e ingresé el 2012 a las filas de la Juventud Socialista el año 2012, buscando un espacio de acción política colectiva. Participé, como buena parte de mi generación, en los movimientos sociales que aparecen desde el 2006 hasta la fecha, incluido el estallido social.

El año 2020 volví a vivir a Aysén y allí trabajé activamente por el Apruebo, desde un espacio ciudadano que formamos entre militantes e independientes, el comando Aysén Aprueba. Ese trabajó hizo que nos cuestionáramos por qué no podíamos también, alguno de nosotros, dar el paso como candidato constituyente.

Así, lanzamos una precandidatura que proponía 6 principios para este proceso constituyente y reunimos 250 adherencias. Con ello, buscábamos convencer a mi partido de la importancia de darnos un cupo para competir en la elección. El tiempo nos dio la razón: fuimos la primera mayoría regional.

¿Qué temas son los que más te interesan potenciar en la nueva Constitución?

En campaña propusimos 4 pilares programáticos para la nueva constitución, que resumía lo que estimábamos era lo más fundamental del debate constitucional de los últimos años y, al mismo tiempo, las principales demandas de los movimientos sociales que impugnaban la actual constitución.

Estos cuatro pilares eran: i) Un Estado social con derechos sociales garantizados, para terminar con un estado subsidiario que es la cara constitucional de un modelo neoliberal,  ii) Descentralización: avanzar en un Estado Regional con gobiernos locales autónomos, donde las regiones podamos decidir pero también aportar al desarrollo nacional, iii) Protección del medioambiente y desarrollo sostenible, que nos permita recuperar y proteger nuestros recursos naturales, terminar con las zonas de sacrificio, reconocer el valor intrínseco de la naturaleza y transitar hacia un modelo de desarrollo económico ecológico y iv) Nueva democracia participativa: creemos que es posible avanzar desde una democracia representativa con cerrojos a una democracia verdaderamente participativa, con mecanismos de democracia directa, principios rectores de probidad, transparencia y anticorrupción.

Por mi formación, creo que puedo aportar en cualquiera de estos debates, pero fortalecer la democracia es uno de los temas que más me apasiona. Buscaré aportar a una discusión sobre cómo repartir el poder y cómo la democracia se actualiza a los desafíos del mundo global y a las tremendas exigencias que nos hace la ciudadanía hoy en día.

¿Qué herramientas consideras que te entregó la carrera para enfrentar este desafío?

La vocación de universidad pública de la UDP es algo que siempre admiré, pues refleja que los privados pueden aportar al desarrollo nacional, pero requiere un compromiso férreo con la construcción de comunidades educativas que aportan a la sociedad, más allá de la retribución económica.

El pluralismo de la Universidad es otro de los factores que sin duda me marcó, pues contribuyó al desarrollo del pensamiento crítico y una formación integral.

Y la escuela, en particular, es un lugar de grandes profesionales, desde todo el staff, profesores, pasando por los funcionarios administrativos, están comprometidos con la labor que realizan. La formación académica es de primer nivel, pero, además, existe una clara vinculación de nuestros profesores con los asuntos públicos, intentando aportar desde la academia, lo que también contribuye a una enseñanza conectada con la realidad.

¿Cuáles son tus expectativas de cómo será la nueva constitución en Chile?

Tengo altas expectativas, por varias razones. Uno, pues es primera vez que construiremos una constitución en democracia, es un hito para nuestro país. Dos, hacerlo a través de una Convención o Asamblea Constituyente, con representantes electos para éste único fin, es relevante, pues soy un convencido que la forma es casi tan importante como el fondo. Tres, hemos sido capaces de moldear una Convención Constitucional con grandes virtudes: paritaria, con independientes y que por primera vez incluirá a los pueblos originarios.

Además, con los resultados a la vista, valoro que tenemos una Convención diversa y que representa mejor el Chile de hoy. Creo que ello aportará que la nueva constitución se haga cargo no sólo de los temas más controversiales, sino también de aquellos invisibilizados y postergados, como la protección a la infancia o los derechos de la disidencia sexual.

¿Qué consejo le darías a las y los estudiantes de Ciencia Política?

Les diría que valoremos nuestra profesión y pensemos siempre como ponerla al servicio de los problemas públicos. Tenemos una carrera poco conocida en Chile y en el mundo laboral, pero que entrega muchas herramientas para enfrentar problemas de diferente orden, en la administración pública o en el sector privado. Lo importante es aprovechar al máximo a los profesores y la variada oferta de cursos de la Escuela y la Universidad. Pero creo que lo más importante es que entendamos que nuestra formación nos permite ser actores protagonistas del cambio social, aportando con reflexiones, diagnósticos y propuestas para concretar esa transformación. Hay que tomarnos en serio nuestro rol y contribuir desde el espacio en que nos desempeñemos.