Escuela de Historia UDP suma su cuarto investigador postdoctoral

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La Escuela de Historia UDP recibió a su cuarto investigador postdoctoral, Aníbal Pérez, Licenciado en Historia Universidad de Valparaíso, Magíster y Doctor en Historia por la Universidad de Santiago de Chile.

30 / 07 / 2020

Actualmente se desempeña como editor asociado de la Revista Divergencia y es investigador responsable del proyecto FONDECYT Posdoctoral nº 3200032 titulado: “De las llaves de la transición a las llaves de La Moneda. Una historia político-social de Renovación Nacional (1987-2014)”, el cual se propone analizar la historia de R.N. desde un enfoque que privilegia las dinámicas internas, las costumbres políticas, los entornos partidarios y los mecanismos de mediación política con los diversos actores sociales.

¿En qué se relaciona tu proyecto postdoctoral con tu tesis de doctorado?

Pienso que la relación entre la tesis doctoral y el proyecto posdoctoral se encuentra en el enfoque historiográfico, lo que en un lenguaje cotidiano de la investigación se le denomina como “la entrada” al problema. Mi tesis doctoral fue una historia de la posdictadura chilena a través del fenómeno del clientelismo político. Esto me permitió analizar el ciclo temporal no desde las grandes esferas, sino más bien desde abajo. En otras palabras, desde la experiencia de los sujetos que les tocó ocupar la parte más baja de la militancia política y social. A través del estudio de esa articulación en clave clientelar, pude comprender como se hacía el trabajo político y la movilización electoral en un contexto histórico de fractura del sistema de intermediación, irradiación de la alcaldización de la política y debilitamiento de los relatos partidarios. En este sentido, para la investigación posdoctoral recurro a la misma forma de comprender el desarrollo de la historia política de un partido. La poca bibliografía existente asigna a RN el papel de un partido “liberal” en la derecha. El proyecto busca discutir esas miradas, postulando que RN es más bien un partido instrumental de diversas derechas que, por distintas razones de trayectorias tomaron distancia del gremialismo de Guzmán. Este carácter instrumental le otorgó más flexibilidad pero menos ordenamiento interno. A partir de lo anterior, es que denominarlo como “liberal” no explica nada. Por esto, el enfoque del proyecto se plantea desde las costumbres políticas del partido, la disputa de los diferentes lotes, el intento de imponer reglas del juego comunes y los ejercicios de mediación política con actores sociales. En resumen, es una entrada desde las prácticas y la experiencia de hacer política.

Tu proyecto se enmarca dentro de lo que se denomina historia política. ¿Cómo sientes que ha evolucionado esa rama de la historiografía?

En términos latinoamericanos la historia política comenzó a revitalizarse desde la década de los ochenta del siglo XX y sus temporalidades preferentes fueron el siglo XIX y los procesos de construcción de las naciones. El caso mexicano y argentino son los más representativos. Sin embargo, en Chile esto ocurrió de manera más tardía. Los noventa en particular fueron la hegemonía de la historia social, salvo casos connotados y excepcionales como Verónica Valdivia. A partir del 2000 comienza un rebrote de historias políticas cuya característica principal -y que las diferencia de la de otros países- es que está centrada en el tiempo presente. Por lo tanto, es una historiografía mucho más interdisciplinaria y abierta a una diversidad de metodologías de trabajo. Existen diversos y buenos trabajos desde la historia conceptual, la historia social de la política, las culturas políticas, la historia regional, etc. Ahora bien, pienso que un buen debate para abrir es cuáles son los límites entre estas nuevas historias políticas y las otras escuelas o disciplinas. ¿Son necesarios los límites para fortalecer la disciplina historiográfica?, ¿Existen en la práctica demarcaciones rígidas? En lo personal, soy más bien escéptico de las parcelas de conocimiento. Pienso que la historia política hoy, en general, es más heterodoxa y abierta, y nuestra gran fortaleza disciplinaria es la construcción de las temporalidades.

¿Cuál ha sido tu experiencia como docente?

Mi experiencia docente en la universidad ha sido muy buena. Los estudiantes son comprometidos y muy reflexivos, lo que es un estímulo al profesor. Además el ambiente entre colegas es excelente.

Ingresé el año 2018 haciendo un curso de historia del siglo XX mundial, luego he impartido cursos sobre la Transición en Chile, Historia de América XIX y XX, Historia de la Modernidad, Chile XIX y XX, así como módulos de Historia política. Este semestre impartiré un curso sobre militancias políticas desde la década del sesenta hasta la actualidad, lo que implica abordar los límites y alcances de la tesis del “agotamiento de los partidos políticos“. ¿Cómo evolucionó la idea de militar en Chile?, es una de las preguntas que trabajamos.