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Columna de Rafael Escobar: VIH/Sida: avances y regresiones

10 / 04 / 2024

Estando próximos a la conmemoración de los 40 años del fallecimiento de Edmundo Rodríguez (23 de agosto de 1984), el primer paciente en ser diagnosticado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Chile, y cuando creíamos que habíamos avanzado en el acceso universal en su tratamiento, hace dos semanas se “despriorizó” esta enfermedad en la canasta de Garantías Explícitas de Salud (GES), poniendo de manifiesto el alcance real de este sistema.

Si bien las personas portadoras pueden acceder a los tratamientos convencionales, esta despriorización significa que los pacientes quedan incapacitados a recibir tratamientos de última generación de manera gratuita.

Por ello, desde diferentes agrupaciones han condenado esta medida, por ejemplo, desde la Organización Acción Gay, consideraron que esta decisión es “una grave omisión del Ministerio de Salud y que podría tener enormes consecuencias en la calidad de vida de cientos de personas”.

Haciendo un barrido general sobre la historia de la enfermedad, desde su aparición, el virus puso en jaque la ambigua e histórica relación que mantienen las disidencias sexo-genéricas con la sociedad chilena. Desde que se conoció la existencia de este virus, se generaron discursos que apuntaban directamente a los homosexuales como los principales portadores y responsables de la epidemia en función de la condena moral a sus prácticas sexuales.

A partir de esto, el primer caso de fallecimiento del paciente anteriormente mencionado, profesor en un establecimiento educacional en la comuna de Maipú, y que tras estar varios días internado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, fallece el día 23 de agosto de 1984. Inmediatamente y en contra de todo protocolo ético, se hizo público su deceso y su identidad, siendo el puntapié inicial de una serie de prejuicios sobre las personas que padecían la enfermedad. Los medios poco y nada informaban sobre el SIDA, porque para la época los detalles sobre el contagio, grupos de riesgo y prevención aún eran muy escasos.

Así, una serie de titulares en diferentes diarios y periódicos de circulación nacional publicaron los siguientes títulos: “Murió paciente del cáncer gay chileno” (La Tercera), “Murió paciente de la enfermedad rara” (Las Últimas Noticias), abriendo las puertas para la construcción de estigmas y discriminaciones arbitrarias.

Alertados por estas memorias del VIH/SIDA y por las experiencias de discriminación y abandono en los inicios de la epidemia en nuestro país, diferentes colectivos han denunciado que el Ministerio de Salud posicionó esta actual endemia en un bajo lugar de prioridades en la actualización y provisión gratuita de medicamentos y terapias de última generación.

De este modo, de acuerdo con el Acta de la sesión Nº130 realizada por el Consejo Consultivo GES en octubre del año 2023, en la cual “se realiza una presentación que tiene por objeto dar a conocer las actualizaciones de los problemas de salud (PS) vigentes y nuevos que fueron priorizados”, el VIH/sida (Patología Nº18) se deja a conciencia de la autoridad, en cuanto al acceso a los nuevos tratamientos existentes para esta patología.

Sin embargo, no hay que desconocer que las personas seropositivas pueden seguir acudiendo a los sistemas de salud para obtener acceso a tratamientos y medicamentos de manera gratuita, pero existe una regresión en cuanto al acceso a nuevas tecnologías y tratamientos. Esto significa que la canasta de medicamentos, prestaciones y oportunidades asociadas al VIH no tendrá mayor variabilidad de acuerdo con los cambios realizados y que no se modificarán hasta un próximo decreto GES en el año 2029-2030.

El problema de despriorizar esta patología recae de manera directa en el devenir y en la vida cotidiana de las personas viviendo con VIH, pues significa que el acceso a prestaciones de salud no tendrá variación alguna. Acción Gay ha posteado en su página web: “Una de las consecuencias de esta decisión es que la terapia inyectable cada dos meses no esté disponible en el sistema público, en este sentido queremos recordar que Cabotegravir y Rilpivirina inyectable ya están en Chile para tratar personas que viven con VIH.

El medicamento que ya está disponible en Chile se llama Vocabria + Rekambys y fue autorizado en octubre de 2021 por el Instituto de Salud Pública (ISP)”. El tratamiento inyectable es eficaz y ayuda a los pacientes a alcanzar el estatus de “indetectable” en poco tiempo; además, las inyecciones se aplican cada dos meses y no requieren la ingesta diaria de pastillas, como las terapias actualmente en uso.

No se trata solo de acceder a un medicamento de última generación y más cómodo que los de posología diaria, sino que, al tener disponibles menos opciones de terapias, los pacientes con reacciones adversas y alergias a medicamentos cuentan con menos recursos para tener una buena calidad de vida.

La lucha contra el VIH/Sida es una historia larga por el derecho a la salud y la vida de personas viviendo con esta enfermedad. Recién en 2001 accedieron a tratamiento universal y gratuito en instituciones públicas y desde 2004 son parte del GES.

Por eso las alertas, porque hay una experiencia de postergación y porque si bien el derecho a la salud debe ser garantizado en igualdad de importancia y prioridad para todas las patologías presentes en nuestra población, no se puede extender el cuidado y la protección de un grupo de la sociedad desprotegiendo a otros.

Despriorizar el VIH/Sida es abrir la puerta a la desprotección sanitaria de este segmento de la población. Esta medida tendría sentido y razón si la prevención y educación en torno al virus y la sexualidad responsables fueran óptimas en nuestro país, o si al menos las cifras de nuevos contagios fueran insignificantes entre los 18 y los 29 años, pero no es así. Por tanto, la preocupación de Acción Gay no es exclusiva de un colectivo LGBTQIA+ es una alarma ante un problema de salud pública.

Por Rafael Escobar, investigador del Observatorio en Historia Reciente de Chile y América Latina UDP, en El Mostrador.

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