¿Brexit a la chilena? Expertos cuestionan validez de encuestas electorales

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06 / 06 / 2017

Patricio Navia, académico de la Escuela de Ciencia Política UDP.

El economista y experto en políticas públicas Eduardo Engel ha cuestionado fuertemente las mediciones electorales. Otros, como Patricio Navia, afirman que al menos representan la fotografía de un momento. De todas formas, crece la incertidumbre sobre la certeza de los pronósticos.

Es año de elecciones y uno de los grandes protagonistas semana a semana han sido las encuestas que miden las posibilidades de cada aspirante a La Moneda.

Sin embargo, a raíz de los resultados de la encuesta CEP del pasado viernes, comenzaron a levantarse voces que cuestionan la validez de los modelos predictivos. En su habitual columna dominical en La Tercera, el doctor en Economía y miembro del centro de estudios Espacio Público, Eduardo Engel, planteó de manera concreta las dudas respecto de la falta de fiabilidad de las mediciones.

“Algo no calza al comparar las encuestas de Adimark y el CEP que conocimos esta semana”, afirmó. “La primera da un 21% de las preferencias para Guillier; la segunda, solo un 13%”, partió explicando el ex presidente del Consejo Asesor para la Transparencia.

El especialista señala que la diferencia es llamativa tomando en cuenta que en ambas el margen de error es del 3%. Por eso plantea la duda respecto de la precisión de este último porcentaje en Adimark. La encuesta CEP en su última versión registró una tasa de respuesta de 79%. En Adimark, en tanto, no se publica la tasa de respuesta, la que Engel sospecha debe ser inferior a la del Centro de Estudios Públicos, debido a que se realiza de manera telefónica, y no presencial como la CEP. La consulta por teléfono suele tener tasas de respuestas muy bajas, además de sesgar a favor de aquellas personas que aún cuentan con teléfono fijo y se encuentran en sus hogares. Esto también es el caso del sondeo Cadem que todas las semanas pautea a muchos medios y analistas políticos.

Engel apunta también que los datos aportados por quienes sí respondieron pierden valor en el caso de que la mayoría de los contactados decida no contestar las preguntas. Por ello, argumenta, debería aumentar el margen de error. Esto se suma al hecho de que es prácticamente imposible saber si los que respondieron efectivamente asistirán a votar.

Ante esta falta de rigurosidad, el también profesor titular de la Universidad de Chile propone que todas las encuestas deberían transparentar su tasa de respuesta y explicitar, además, los métodos que utilizan para calcular el margen de error. Pero también emplaza a que las mediciones sean acompañadas de auditorías externas, y que sus bases de datos estén disponibles para otras entidades como una manera de verificar su exactitud.

Otros analistas, si bien comparten parte del análisis de Engel, difieren en algunos aspectos. El cientista político Patricio Navia manifiesta que las encuestas presenciales también tienen sus propios problemas. El académico se refiere a que mediciones como la CEP tardan mayor tiempo y además su precio es mucho más costoso, por lo tanto, no captan lo mismo que las telefónicas, que representan un espacio temporal mucho más acotado. “Una encuesta presencial es como una foto abierta por varios segundos, entonces si se mueve la gente se te va a mover la foto”, asegura Navia.

El profesor de la Universidad Diego Portales expresa además que si bien la tasa de respuesta es importante para determinar el valor que se le atribuye al resultado de la encuesta, la rigurosidad no sólo le compete a los encuestadores: “Todavía falta algo de transparencia para entregar todos los elementos metodológicos que permitan hacer una evaluación correcta, pero también falta profesionalismo en el periodismo cuando se entregan resultados. Los periodistas entregan resultados diciendo que el candidato subió dos puntos, siendo que si el margen de error son 3 puntos, el candidato en cuestión sigue estando en el mismo lugar donde estaba en la encuesta anterior”, indicó.

¿Sesgo en las encuestas?

Los números de las mediciones no pasan desapercibidos y repercuten directamente en las decisiones de los partidos. Sin ir más lejos, el Partido Socialista decidió proclamar como candidato presidencial a Alejandro Guillier basado en que era el militante de la Nueva Mayoría que lideraba las encuestas.

Si bien no existe evidencia de que los resultados de los sondeos estén torcidos a favor de ciertos intereses políticos -sea a través de metodologías poco transparentes o la forma de preguntar que puede inducir respuestas- llama la atención que las más mencionadas por la prensa pertenezcan a la derecha y estén gestionadas por gente cercana a Sebastián Piñera.

Por ejemplo, la encuesta semanal “Plaza Pública” de Cadem está a cargo de Roberto Izikson, ex asesor del gobierno de Sebastián Piñera. El Centro de Estudios Públicos, en tanto, fue fundado por Eliodoro Matte, y en su extenso equipo cuenta con personajes como el ex ministro de Educación de Piñera, Harald Beyer, o el empresario Roberto Angelini. Adimark, por su parte, es propiedad de Roberto Méndez, quien hace años es uno de los consejeros cercanos de Piñera.

Si bien Patricio Navia no repara específicamente en esto, sí expresa que debiese haber mayor transparencia en algunos aspectos: “Sería importante reportar si las encuestas que están haciendo es todo el cuestionario o si adicionalmente agregan otras preguntas que finalmente no aparecen en el informe. Deberían decirlo públicamente, porque si no lo dicen, no sabemos qué tipo de sesgos te está dando el cuestionario. Lo que normalmente pasa en estas encuestadoras es que meten sus preguntas en encuestas más grandes”.

¿Un nuevo error a la lista?

Las encuestas han perdido validez en el mundo. Esto luego de que numerosas y respetadas empresas de mediciones pronosticaran que Hillary Clinton iba a ganar la elección presidencial en Estados Unidos; o que los votantes del Reino Unido se inclinarían por mantenerse en la Unión Europea, o que los colombianos aprobarían el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC.

Hoy en Chile se instala la misma desconfianza. “No sé cuán probable sea, porque no sabemos bien qué están midiendo las encuestas. Para evaluar eso vamos a tener que ver las encuestas inmediatamente antes de una elección. Las encuestas de hoy suponen que la elección sería este domingo, y no lo es, por lo tanto no puedes medir la encuesta de hoy con los resultados de noviembre y decir que se equivocaron, porque la encuesta de hoy mide la percepción de hoy”, señala Patricio Navia.

Diego Pardow, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, sostiene que a raíz de los recientes fiascos internacionales, los encargados de las mediciones deben pensar críticamente acerca de los errores que ha cometido la disciplina. La abstención, señala Pardow, es un componente que perjudica la proyección de las encuestas, algo que tal como ocurre en Chile actualmente, también fue parte del contexto de las elecciones a las que no apuntaron las encuestas en otros países.

“Algún mecanismo va a tener que inventarse para ligar con la abstención que hay en los procesos ahora, pero mientras no se encuentre una manera, es difícil que le apunten todas las encuestas. Mientras no se encuentre van a seguir fallando algunas. Lo que pasa es que ahora varias se juntaron”, indicó.

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