2022, la opción del reemplazo

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20 / 07 / 2016

Claudio Fuentes, director de la Escuela de Ciencia Política UDP.
Claudio Fuentes, director de la Escuela de Ciencia Política UDP.

El sistema político chileno observa evidentes síntomas de agotamiento. La desconfianza política se convirtió en una constante, crece el desinterés por ir a votar, y se incrementan los grupos que no se identifican ni con partidos ni con tendencias políticas.

No obstante, es muy probable que la oferta política presidencial sea más o menos la misma que hemos conocido en los últimos años. Del amplio listado de precandidatos presidenciales (Lagos, Allende, Muñoz, Insulza, Piñera, Guillier, Tarud, Walker, Espina, Velasco, Lagos W., Ossandón, Kast F., Chahuán, Goic, Enriquez-Ominami, y Kast J.A.), el único que no tiene un domicilio político conocido es Alejandro Guillier. El resto o milita o nació al amparo de un partido tradicional. Nada nuevo bajo el sol.

Pero, además, se trata de la generación de la transición política que continúa interesada en administrar el poder. 9 de los 17 nombrados tendrían más de 60 años de edad al momento de asumir la Presidencia. Los tres personajes más nombrados para tomar la banda presidencial (Lagos, Allende y Piñera), tendrían más 74 años de edad en promedio si asumen el mando. Los más jóvenes del grupo (Felipe Kast, Marco Enríquez-Ominami y Carolina Goic) no aparecen como cartas descollantes a la luz de la opinión pública.

La posibilidad de un reemplazo generacional no se dará en el año 2018. Aquella oportunidad llegará en las siguientes elecciones, en el año 2022, y por una razón muy sencilla: la Constitución establece que quien asuma la Presidencia de la República debe tener 35 años de edad cumplidos.

Y veamos: Gabriel Boric cumplirá 35 años el año 2021, Giorgio Jackson lo hará en febrero de 2022 y Camila Vallejo en abril de 2023. Es decir, a partir de la siguiente elección dos líderes significativos de la generación del recambio podría materialmente optar a la Presidencia de la República.

Dadas estas circunstancias, a esta nueva generación le queda muy poco tiempo para prepararse para ser gobierno. Su primer desafío será obtener un mayor número de escaños parlamentarios el próximo año (¿10 o 15%?). Luego, deberán convertirse en una alternativa de gobierno creíble y prepararse para gobernar. Independientemente de quién gane la próxima elección (La Nueva Mayoría o Chile Vamos), deberán madurar sus propuestas, ampliar sus esferas de influencia política y plantearse efectivamente como una alternativa de poder.

Aquello requerirá ideas en una variedad importante de temas, capturar el interés ciudadano y la capacidad de conquistar mayores espacios de poder en el Congreso y municipios. Le queda muy poco tiempo a esta generación de reemplazo. El cambio no llegará el próximo año. La opción se abrirá en el año 2022, pero sabemos que en política las oportunidades escasean y se marchan demasiado pronto.

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