Las “campañas del terror”

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25 / 11 / 2017

Fernando García Naddaf, académico de la Escuela de Ciencia Política UDP
Fernando García Naddaf, académico de la Escuela de Ciencia Política UDP

Las opiniones, como la democracia, se construyen sobre informaciones fieles y no datos objetivos, no con campañas de desinformación, como pretenden algunos. Piñera y Guillier son conscientes, por ejemplo, del problema de las pensiones y ante ello plantean distintas opciones; respecto a la inversión nacional y extranjera también tienen dicotomías.

El cientista político y académico de la Universidad Diego Portales, Fernando García Naddaf, se refirió a las “campañas del terror” que se aprecian por estos días de elecciones, apuntando que sólo desinforman y tienen pocos efectos sobre la decisión de las personas.

“(Se) caracterizan por tratar de revelar temas que generan temor y son usadas como una herramienta política. Todas ellas se identifican con un enemigo en común, que es externo. Algo que amenace a la sociedad… Puede que la gente con menos capacidad de procesamientos políticos caiga. Es totalmente desinformación”, apreció.

En efecto por estas jornadas se leen y escuchan juicios de todo tipo, algunos absurdos y otros que apuntan a la desinformación. Algunos provienen de quienes fueron candidatos y seguramente la mayoría, de los más fanáticos de cada presidencial.

Pero el punto relevante es que tales juicios solo provocan daño. A la democracia, al respeto por el otro y terminan alentando climas de odiosidades innecesarias.

Ejemplos: Un eventual triunfo de Alejandro Guillier convertirá a Chile en un caso parecido a Venezuela; o que Sebastián Piñera desmantelará la gratuidad. Ambas opiniones son infundadas o derechamente falsas.

A poco del proceso de balotaje, debe decirse que las visiones de uno y otro candidato son distintas, naturalmente y ambos tienen fundamentos para operar respecto de la conveniencia de una u otra posición. Eso es lo que hay que cotejar.

Piñera y Guillier son conscientes, por ejemplo, del problema de las pensiones y ante ello plantean distintas opciones de mejora; respecto a la inversión nacional y extranjera también manifiestan dicotomías; o respecto de las concesiones a privados. Lo mismo respecto de las reformas del actual gobierno.

Aquello es lo que debe discutirse, entregando antecedentes para formarse una opinión. Ésta, precisamente, se forja con elementos objetivos, con información que es sopesada, evaluada para tener juicios al respecto. La mentira, el engaño, las “campañas del terror” son profundamente antidemocráticas.

Leer nota en El Mercurio