“Idea razonable” y “mayor reflexión”: Propuesta para modificar fecha del cambio de mando abre el debate

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01 / 03 / 2018

¿Es razonable esperar tres o incluso cuatro meses para que el Presidente electo asuma sus funciones? Tres analistas entregan su punto de vista acerca del proyecto que el diputado Jorge Tarud presentará al Congreso.

A favor y en contra se manifestaron diversos analistas políticos sobre la propuesta que presentará el diputado PPD Jorge Tarud en marzo ante sus pares en el Congreso Nacional. Ésta consiste en acelerar el cambio presidencial.

El parlamentario plantea que la elección y la proclamación del Presidente electo sea en un plazo de 15 días, produciéndose su llegada al poder en enero, y no el 11 de marzo.

En el escrito al que tuvo acceso El Mercurio se expone que el período actual entre la primera y segunda vuelta “es excesivo, no debiendo pasar de las dos semanas”.

¿Es razonable esperar tres o incluso cuatro meses para que el Presidente electo asuma sus funciones? Tres analistas entregan su punto de vista acerca del proyecto

¿Debe disminuir el intervalo del cambio presidencial?

Me parece que es una idea razonable. Tiene mucho sentido en términos de representatividad. Pasa mucho tiempo desde el momento en el que la ciudadanía te dice ‘yo quiero otro tipo de gobierno’ hasta el momento que ese gobierno efectivamente asume el cargo. Hay un conflicto en la idea de representatividad que queda suspendida por todos estos meses.

Esto hace que existan vicios. Ya se sabe este tipo de situaciones: Tú ves lo que están haciendo todos los ministerios en este momento, tratar de arreglar las cosas para que el nuevo gobierno, no solamente agarre bien los temas y se generan espacios que son poco transparentes.

Lo más grave es que se están armando las cosas y se dejan las cuestiones amarradas. Estos amarres se permiten, porque hay espacios de tiempo donde la vieja administración se preocupa de dejar funcionarios de su cohorte, leyes, decretos… Esto pasa siempre. El acortar los tiempos efectivamente favorecería a una mayor transparencia.

Fernando García Naddaf, Cientista político y académico de la Universidad Diego Portales.

Producir un cambio de esta naturaleza… Hay que ser un poquito más reflexivo, porque eso significa que también tienes que cambiar el período de asunción de los diputados, gobernadores y de una serie de autoridades. Además en términos administrativos pudiese resultar relativamente complejo reducirlo a dos semanas. Resulta un poquito exagerado.

En Chile es ese período, porque coincide con el período estival, de vacaciones, de cierre del año. En el caso argentino, ahí tarda como un mes (el cambio), pero no en el período de vacaciones. Es obvio que en Chile entonces se produzca este desfase.

Nadie construye un gobierno o una estructura o diseño de gobierno en dos semanas, ni siquiera en un mes, sobre todo en un sistema que no es federal, como el caso norteamericano o argentino, donde existen elecciones de una serie de autoridades que no dependen de la estructura del Ejecutivo.

Eugenio Guzmán, Decano de Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.

No hay razón alguna para que el cambio de mando sea casi tres meses luego del balotaje, o casi cuatro meses si la elección presidencial se define en primera vuelta. Si el cambio de mando de reduce a 15 días o un mes, el Presidente electo tendrá un menor margen de tiempo para elegir su equipo, gozando del máximo poder dado su reciente éxito electoral.

En la actualidad, el Presidente electo se ve envuelto en conflictos con su coalición para la nominación de autoridades, lo que se ve favorecido por el tiempo que existe entre el triunfo electoral y el cambio de mando. A menor distancia de tiempo entre la elección presidencial y el cambio de mando, más poderoso y autónomo es el Presidente para nominar su equipo. Además, se evita esta sensación permanente de cogobierno entre el Presidente saliente y el entrante, y la idea de que el gobierno saliente tiene suficiente tiempo para generar ‘amarres’ de algunos funcionarios públicos para evitar sus despidos.

Mauricio Morales, Académico de la Universidad de Talca.

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