“El apoyo del FA a Guillier es y será tácito porque tampoco quieren ser responsables de su derrota”

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29 / 11 / 2017

Claudio Fuentes, académico de la Escuela de Ciencia Política UDP.
Claudio Fuentes, académico de la Escuela de Ciencia Política UDP.

Todo sigue líquido e impredecible. Tampoco hay indicadores para saberlo. Por eso, aclara Claudio Fuentes, académico de la Escuela de Ciencia Política de la UDP, es imposible saber hacia dónde se inclinará la balanza en un balotaje tan reñido como se presupone será el del 17 de diciembre.

En esta etapa de la carrera presidencial a los candidatos no les queda más que intentar atraer los votos de los sectores que presumiblemente podrían aportar la victoria. Alejandro Guillier, señala, intentando “cuadrar un círculo” al mezclar conservadores de la DC y “frenteamplistas”, y Sebastián Piñera, subraya, descuadrando su programa inicial con propuestas más liberales.

– ¿Cómo ve a Guillier y Piñera en esta campaña de segunda vuelta?

– Ambas candidaturas están tratando de atraer votantes de distintos sectores. En el caso de Guillier, ciertamente hay un acomodamiento de su programa para conquistar a la Democracia Cristiana y por eso incorpora algunos elementos de su propuesta. Pero también con estos anuncios de revisar el tema constitucional, eliminar parcialmente el CAE y debatir sobre el cambio del sistema de AFP, está moviendo un poco el cerco hacia el Frente Amplio (FA), aunque tampoco ha sido un gran cambio respecto a sus anteriores planteamientos…

– ¿No es esa un posición muy cómoda?

– Es que mientras más fragmentada es la coalición, mayor es la dificultad de unir estos dos o tres sectores, y por lo tanto, claramente no es fácil la tarea que tiene él de cuadrar un círculo entre sectores conservadores de la DC y sectores más de izquierda del Frente Amplio.

– A propósito del Frente Amplio y su resultado en la elección del 19 de noviembre, ¿cómo lo sitúa en este escenario?, ¿son dueños de ese 20% de votos que obtuvo su candidata?

– A ver. Ellos ya definieron ciertas materias. Lo primero es que no van a participar del gobierno. Van a ser oposición. Esa es una decisión muy clara y que resolvieron tempranamente. Y lo segundo, han dejado claro que la responsabilidad de acercarse al Frente Amplio no es de ellos, sino que de la candidatura de Guillier, y por lo tanto, pareciera no haber mucho espacio para que el Frente Amplio, como colectivo, vaya hasta el comando a decirles “esta es la lista de mínimos de lo que queremos” porque el Frente Amplio es un conjunto de colectivos que tienen distintas visiones. Entonces, eso también está descartado. Lo único que queda hoy es que algunos líderes de algunos sectores dentro del Frente Amplio señalen que votar por Piñera no es una opción y que sería más bien un retroceso. Más allá de eso, no creo que vaya a pasar de aquí al 17 de diciembre.

– Pero lo del retroceso lo han dicho Jackson, Boric y hasta el mismo Sharp con mayor o menor énfasis…

– Claro. Aquellos que están más por la idea de votar por Guillier han dicho eso, que Piñera es un retroceso y otros grupos han dicho que van a dejar en libertad de acción a sus militantes. Más allá de eso, no hay mucho que analizar. La segunda vuelta está medio jugada y está el apoyo implícito del Frente Amplio a Guillier. Entonces, Guillier tiene claro que no puede seducir a estos líderes a que se vayan a sacar una foto con él. Eso no pasó ni va a pasar. Por eso lo único es que salgan algunas señales programáticas para atraer al votante más de izquierda.

– ¿El apoyo del Frente Amplio a Guillier es tácito entonces?

– Totalmente. El apoyo del Frente Amplio a Guillier es tácito porque además ellos tienen el conflicto de que tampoco quieren ser los responsables de la derrota de Guillier. Por eso trasladaron la responsabilidad a Guillier y decirle “depende de usted y de sus anuncios el voto del mundo frenteamplista”.

– No quieren ser responsables del fracaso, pero tampoco quieren perder la impronta de consecuencia con sus electores vendiéndose, por así decirlo, al sistema.

– Exacto. Por eso, más allá del apoyo tácito, no habrá más.

– A Guillier, además, lo están cuestionando desde Chile Vamos por representar el caos, la “venezualización” del país. ¿Cómo se entiende eso?

– Lo que pasa es que la derecha está realizando tres campañas en forma simultánea. Algunos actores aplican la campaña del terror, otros la del ofertón que es la que ha primado, como por ejemplo, aceptar la propuesta de Ossandón y moverse en términos de la gratuidad o señalar el tema del metro. Finalmente, hay un sector más pequeño que trata de mover programáticamente a Piñera hacia un ala más liberal. Ahora, pienso que la estrategia de Piñera del susto no tiene ningún impacto en los votantes.

– ¿Como, por ejemplo, decir que Guillier se está pareciendo a Nicolás Maduro?

– Es que eso es ridículo. Ni las propuestas de Guillier, ni su estilo ni nada. No hay por dónde comparar.

– ¿Que los hijos del candidato de Chile Vamos digan que son de centroizquierda y que uno señalara, incluso, que comparte planteamientos del Frente Amplio implica un “todo vale” en la campaña?

– Este tipo de señales o que actores de Ciudadanos pasen a la campaña de Piñera son cosas que la gente no cree. Hay una fuerte incredulidad respecto de todo este tipo de señales políticas. Primero, mucha gente ni lee estas señales y no creo que al final del día sean relevantes porque son poco creíbles para la ciudadanía en general.

– Si bien las encuestas están tremendamente desprestigiadas con los resultados de la elección presidencial, la última Cadem proyecta un empate técnico entre Guillier y Piñera. ¿Esta segunda vuelta será reñida, peleada voto a voto? ¿Cómo se gana ese porcentaje de votos que definirá el resultado?

– La verdad, no lo sé. Precisamente con encuestas como las que tenemos no podemos predecir nada. A lo más hay incertidumbre, porque no sabemos cómo se va a comportar el electorado y no tenemos ningún indicador para saberlo.

– Hay millones de chilenos que no votan. ¿Se les puede incentivar de alguna forma o la abstención será la misma?

– Ya tenemos una histórica abstención con voto voluntario que bordea el 50% en las elecciones del nuevo ciclo político y no creo que esto cambie mucho para la segunda vuelta. A lo más se llegará al mismo porcentaje de la primera vuelta y pensando con optimismo no creo que varíe mucho. Pero más allá de eso, hoy día el resultado es totalmente incierto y no hay ningún indicador que pueda decir si la balanza se inclinará hacia uno u otro lado.

– Cuando quedan dos semanas para la elección, ¿cuál es su impresión de Guillier y Piñera?

– Tengo la impresión de que Piñera está más desesperado. Tiene tensiones en su comando y está dando señales políticas bien equívocas respecto de lo que era su programa original. Creo que Piñera recibió el golpe en la primera vuelta porque para él fue muy fuerte no haber obtenido sobre el 40%. En el caso de Guillier, lo veo en una etapa de negociación para poder cuadrar el círculo y llegar a la presidencia. Creo que en el sector de Guillier por primera vez se sembró la esperanza de que podía ganar y levantó los ánimos en la Nueva Mayoría, ordenó a la DC y todo esto en lo líquido que es programático, porque esa es la gran dificultad de Guillier: cómo llegar a un programa que satisfaga a todos, desde la izquierda hasta el centro.

Leer nota en El Mercurio